viernes, 23 de abril de 2010

Malos Años

Son los días soleados del norte lo que más me preocupan, son días de caballeros, damas, cenas, atardeceres, romances, y todo tipo de momentos románticos perfectos para morir. Cuenta la leyenda del Paseo de Montero Ríos, que entre las terrazas y el puerto deportivo descansa el cuerpo sin vida de una dama despistada. Una dama que se enamoró el día de San Jordi y murió a las 12:00 del mismo día.

Los hechos que se cuenta son los siguientes, Laura Rodriguez, vivía en el número 21 de la mencionada calle, de ella se sabía que enamoraba a los hombres pero olvidaba su presencia con suma facilidad, con la facilidad de una mujer bella que lo sabe pero que tampoco lo demuestra.

Un día llego un caballero, normal, ni guapo ni feo, sin ninguna mirada especial, ni muy rico...nada un tipo corriente de lo que pasan desapercibidos para cualquier dama menos para ella. Pero de esos que a primera vista decidió invitar a la joven a una velada inolvidable.

La dama no reparó en gastos, escogió el kit completo en la tienda más cercana y más cara, se maquilló, peinó. Recorrió todas las tiendas para encontrar los zapatos de la cenicienta perfectos. Para cuando tenía todo lo necesario, fueron cinco minutos el tiempo que tenía para arreglar lo que ya era perfecto. Y en ese momento temió que el impulso no fuera lo suficiente para el caballero que le esperaba, pensó, meditó y decidió que lo perfecto sería suficiente y ella lo era.

Entre sus pensamientos sonó un timbre, el hombre la esperaba y no quería hacerle esperar, pero su sorpresa fue encontrarse una mujer, mayor, encorvada, al estilo la monalisa... ningún sentimiento afloraba de ella. Aquella mujer le recordaba a alguien y ese alguien si le estaba haciendo esperar.

-Siento que se estén perdiendo las costumbres, pero deberías recordar que antes tengo que conocerte que dar mi aprobación
-Disculpe
-Ves nadie recuerda nada, pero tu madre y yo sabemos que deberíamos conocernos antes de vuestra cita
-Mientras se irritaba, intentó ser amabale- Disculpe señora, primero mi madre murió cuando yo tenía 5 años y segundo quién es usted
-Ves para algo sirven las tradiciones, y tu desconoces lo más importante, no digo que no estés bien educada, sólo digo que las tradiciones
-Señora las tradiciones dicen que no soy yo la que tengo que esperar, donde está su hijo
-Pues si huebieras escuchado a tu madre sabrías que mi hijo....
-Le digo que mi madre está muerta
Algo en su interor hizo que salira corriendo a los jardines Montero Ríos, algo en su interior le decía que no podía ser verdad, mientras corría y sentía como su corazón se paraba lentamente recordó...

-Lo sé lo sé, que juventud, no interrumpas a los mayores....que te decía...así....si escucharas a tu madre sabrías que mi hijo murió cuando tenía 5 años.

-No le entiendo, entonces será un hermano pero he quedado...

Si has quedado, sólo he tenido un hijo y ahora está castigado los jardines de Montero Ríos por intentar enamor a la muchacha que debió morir con el a los cinco años.

sábado, 10 de abril de 2010

Dama Pesadilla


Lo peor de escribir es no tener nada que contar, no recordar el viejo campamento de mi infancia, grande, frágil, sé que en estos momentos me parecería un lugar abandonado a su suerte, sin futuro.

Un campamento era lugar maravilloso donde disfrutar las vacaciones, lleno de canciones inocentes cuentos para no dormir y hablar, un poco de todo. Un espacio, mi espacio, mi vida, mi centro social, donde todos jugábamos sin pensar en un futuro, sólo el momento, la eternidad de la juventud. En esos momentos, todo era normal juegos, sueños, eran el plato de cada día, hasta en la noche en la hora del baño, todo era diversión.

Recuerdo una sala de espejos, enseres de baño y cuchillas, por qué no lo sé pero ahí estaban. El baño, en si era un largo corredor de baldosas blancas, dividido en dos salas a la derecha una hilera de duchas comunes y a la izquierda separada por una pared las mesas con los espejos, altos. Sólo recuerdo que nadie los miraba.

Sólo esa noche miré los espejos que me rodeaban, en el primero estaba el reflejo de una niña , en frente del espejo la niña, junto a su reflejo una dama de pelo blanco canoso, pero con una sorprendente mirada carente de vida, la quise avisar, pero el sonido sólo salió del reflejo de mi espejo, lo que alerto a la mujer y vino al mío, no lo vi pero sentí su mirada, como si quisiera decirme algo pero el miedo me perturbo y no la miré.

La segunda noche, tras un sueño reparador aquello quedó fue sólo una mala pesadilla, decidí no contárselo a nadie, decidí que no miraría ningún espejo. Pero a la hora del baño, ahí estaban los espejos en su hilera, fríos, metálicos, por primera vez me di cuenta de que eran espejos de ampliación como los que ves en cualquier hotel.

Busque a la niña, no estaba, en su lugar otra niña de trenzas con el mismo vestido pero en ningún momento vi su cara, ni tuve el valor de ver el reflejo en el espejo superior. Como la infancia es olvidadiza un segundo después cometí el error de observé el reflejo del segundo espejo, en el vi, unos hombros, unas coletas y nada más...............simplemente un hueco, sin cabeza, sin sangre, sin nada...pero si se repetía una escena, la mujer del pelo canoso disfrutaba de juego con una pelota.....lo siento grité y volvió y seguí sin mirarla, pero esta vez noté que sonreía.

Ya no busque niñas, ni olvidé pesadillas, fui directamente junto la directora, le comenté mis pesares, pero la juventud será eterna pero los mayores nunca creen ni sueños ni pesadillas, y menos cuando tienes que cuidar 200 niñas. Simplemente me envió al baño nocturno otra noche más.

La sombra de una mujer, una mujer que le corta la cara,una mujer en dentro del espejo y que nadie puede tocar, una mujer reflejada en el espejo, con el pelo blanco casi transparente, le mira con ojos de negros, llenos de un odio encendido, mientras le practica pequeños cortes sin sangre.

Extracto:
“Imbéciles¡¡¡ Dejad de mirar espejos, de soñar belleza, eternidad y miedo. Por que yo os contaré una historia, una de miedo, de un vestuario maldito lleno de qué¡¡¡ espejos. Yo los observé una vez y sólo vi el reflejo de una niña acompañada por la sombra de una dama, que nadie puede tocar, una mujer reflejada, de pelo blanco transparente y que mira con ojos negros de odio y celo, mientras practica pequeños cortes sin sangre. Sé que la quise avisar, pero el sonido fue un reflejo, sólo la mujer escuchó, miró, sonrió y en su mano una cabeza cortada.”