martes, 17 de febrero de 2009

Caballeros...comienzo de una pesadilla

Donante de óvulos.
Al menos es lo que se podía leer en el cristal de la entrada,
"si no puedo, no quiero o no me interesa...al menos sacar dinero"
al menos es lo que pensaba"el dinero siempre es importante y no seré el primer ser humano que se lucra con la vida"
al menos es lo que le decía su ética
"cuanto tiempo lleva haciendo lo mismo los hombres y todos piensan que hay una manada de caritas por el mundo con su adn"
al menos es lo que le decía su feminismo
"ellos no tienen por que enterarse, nadie tiene que decírselo nunca, nadie buscará a unos abuelos que ni siquiera supieron que lo eran"
al menos es lo que la guía de teléfonos de Madrid lo decía estaba muy lejos de su tierra
Tu puedes ayudar a alguien que quiera ser madre
al menos es la ayuda moral para entrar en la clínica
"madre, si al menos tuviera tiempo para seguir soñando y olvidar que el trabajo, la vida, la noche todo se perdería por una criatura que sólo llora y me da miedo"
al menos esa era su excusa su......
"pero si es el único si es el óvulo, el único que me daría algo nuevo en el tedio en el aburrimiento de no saber que hacer que desear que"
al menos fue la idea por que que ni siquiera entró

lunes, 16 de febrero de 2009

La conjura de los EX


Vista, tacto y oído, una muñeca dormida en el suelo, la miro, me mira estamos tan cerca que casi la toco, cierro los ojos, siento el susurro del viento que producen sus pestañas.

Miedo, no tanto como pensaba pero lo tengo, esa muñeca y yo somos la misma persona, nos diferencia la sonrisa de sus labios de plástico y sus grandes ojos verdes. Grandes como una mirada de asombro.

Sueño, como ella, nos levantamos caminamos por el estrecho y oscuro pasillo de la basílica de San Pedro, pese al blanco de las paredes todo es oscuro y de ensueño, solo sonríen las calaveras de las tumbas papales y los ángeles lloran ríos de sangre, mientras nos miramos, yo no lo veo, pero se refleja en sus ojos y los blancos dientes tras su sonrisa.

Trance, mientras observo la escena ella se levanta y se acerca, me saluda, me mira, habla, le contesto, pero no soy yo es mi corazón que sale despacio por mi boca, sin dejar ningún sabor amargo a sangre o bilis, simplemente sale, no tengo arcadas, es como si mi esófago estuviera preparado para que un día se me escapara el corazón por la boca.

Observo, mientras ellos hablan y se alejan admito que lo perdí, ahora sé donde, donde ninguna atea perdería el corazón, en el centro de todo el cristianismo, en el centro de las tradiciones y los comentarios, en el centro de las beatas y los curas sin vírgenes, simplemente en el centro.

Donde nadie espera perder algo, donde la razón no entiende ni tiene fuerza ante la fe, ahí lo perdí y hasta hoy no lo eché de menos, es extraño pero se puede perder un brazo y hay un miembro fantasma que nos persigue, se puede perder el alma y nos sentimos pesado y desatendidos, pero perder el corazón es algo que la humanidad lleva haciendo desde el uso de la razón y nadie lo echa de menos.

Pero hoy sí, tras oíros, sentiros y veros, espero que lo entiendas bella muñeca, mándalo a casa, pues no fue una venta fue un alquiler de cuatro años, una renta sin aval ni hipoteca, ven a casa aunque lo estés roto por que sanará en mi pecho y mi pecho será la guarida de un paño de corazones rotos.

Tu amiga
Muerta

El año que morimos lentamente



Cierro los ojos y lo veo, siento sus pensamietos su cabellos rozando sueños que ya no existen que se fueron con la imagen más dulce que es la muerte.
Cierro los ojos y lo veo cambiante, extraño, también frágil como cualquier ser humano que un día debería dejar de sentir, debería dejarme morir. En estúpidos sueños de alcoba y de misericordia no divina y si moral.
Cierro los ojos y veo que nadie sueña lo que no ha vivido se ha dejado de pensar y lo que nunca ocurrirá ni será parte de un deja vu, de una pesadilla recurrente o un mal sueño que te delice a los palacios del averno.
Cierro los ojos y lo veo, cuentos de niños pequeños que debieron morir con la adolescencia y la madurez de un cuerpo que se cae, un pelo que no resiste a un paso atemporal como es el descanso eterno.
Cierro lo ojos y lo veo, observar la tierra, las calidas mantas de satén blanco que un perdieron su majestuosidad como el maquillaje que un día su madre besó.
Cierro los ojos y lo veo, vivo, sonriente esperando que la vida siga su curso y los gusanos se alimenten de lo que un día fue cálido y estuvo entre miles de piernas y bocas.
Sí lo veo muerto, por que de la muerte sólo vuelven los recuerdos y las miserias de un pasado y un miedo que moríra como el murió hace 4 años.
Muerto