sábado, 10 de abril de 2010

Dama Pesadilla


Lo peor de escribir es no tener nada que contar, no recordar el viejo campamento de mi infancia, grande, frágil, sé que en estos momentos me parecería un lugar abandonado a su suerte, sin futuro.

Un campamento era lugar maravilloso donde disfrutar las vacaciones, lleno de canciones inocentes cuentos para no dormir y hablar, un poco de todo. Un espacio, mi espacio, mi vida, mi centro social, donde todos jugábamos sin pensar en un futuro, sólo el momento, la eternidad de la juventud. En esos momentos, todo era normal juegos, sueños, eran el plato de cada día, hasta en la noche en la hora del baño, todo era diversión.

Recuerdo una sala de espejos, enseres de baño y cuchillas, por qué no lo sé pero ahí estaban. El baño, en si era un largo corredor de baldosas blancas, dividido en dos salas a la derecha una hilera de duchas comunes y a la izquierda separada por una pared las mesas con los espejos, altos. Sólo recuerdo que nadie los miraba.

Sólo esa noche miré los espejos que me rodeaban, en el primero estaba el reflejo de una niña , en frente del espejo la niña, junto a su reflejo una dama de pelo blanco canoso, pero con una sorprendente mirada carente de vida, la quise avisar, pero el sonido sólo salió del reflejo de mi espejo, lo que alerto a la mujer y vino al mío, no lo vi pero sentí su mirada, como si quisiera decirme algo pero el miedo me perturbo y no la miré.

La segunda noche, tras un sueño reparador aquello quedó fue sólo una mala pesadilla, decidí no contárselo a nadie, decidí que no miraría ningún espejo. Pero a la hora del baño, ahí estaban los espejos en su hilera, fríos, metálicos, por primera vez me di cuenta de que eran espejos de ampliación como los que ves en cualquier hotel.

Busque a la niña, no estaba, en su lugar otra niña de trenzas con el mismo vestido pero en ningún momento vi su cara, ni tuve el valor de ver el reflejo en el espejo superior. Como la infancia es olvidadiza un segundo después cometí el error de observé el reflejo del segundo espejo, en el vi, unos hombros, unas coletas y nada más...............simplemente un hueco, sin cabeza, sin sangre, sin nada...pero si se repetía una escena, la mujer del pelo canoso disfrutaba de juego con una pelota.....lo siento grité y volvió y seguí sin mirarla, pero esta vez noté que sonreía.

Ya no busque niñas, ni olvidé pesadillas, fui directamente junto la directora, le comenté mis pesares, pero la juventud será eterna pero los mayores nunca creen ni sueños ni pesadillas, y menos cuando tienes que cuidar 200 niñas. Simplemente me envió al baño nocturno otra noche más.

La sombra de una mujer, una mujer que le corta la cara,una mujer en dentro del espejo y que nadie puede tocar, una mujer reflejada en el espejo, con el pelo blanco casi transparente, le mira con ojos de negros, llenos de un odio encendido, mientras le practica pequeños cortes sin sangre.

Extracto:
“Imbéciles¡¡¡ Dejad de mirar espejos, de soñar belleza, eternidad y miedo. Por que yo os contaré una historia, una de miedo, de un vestuario maldito lleno de qué¡¡¡ espejos. Yo los observé una vez y sólo vi el reflejo de una niña acompañada por la sombra de una dama, que nadie puede tocar, una mujer reflejada, de pelo blanco transparente y que mira con ojos negros de odio y celo, mientras practica pequeños cortes sin sangre. Sé que la quise avisar, pero el sonido fue un reflejo, sólo la mujer escuchó, miró, sonrió y en su mano una cabeza cortada.”

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